La playa de la Fosa


La playa de la Fosa ha sido durante muchos años la mejor de Calp al contar con una gran extensión de arena y unos fondos con un gran atractivo para el buceo. Nada sabemos del origen de este nombre tan peculiar con el que -desde muy antiguo- se le ha denominado.

 

La ensenada de la Fosa está limitada por un arrecife llamado “la barra”. Este arrecife, que arranca desde Punta les Basetes hasta el lugar denominado “Els Esculls” tiene una profundidad variable de entre uno y dos metros, que impide a las embarcaciones de cierto calado penetrar en el fondeadero, como no sea por una canal cercana a los Esculls y que tiene una profundidad de unos cuatro metros y una anchura de unos sesenta. Posiblemente, esa forma de balsa o fosa, entre el arrecife y la propia playa, haya contribuido a su nombre.

 

Se han encontrado anclas de plomo de época romana en la Fosa, lo que demuestra la antigüedad de su uso desde épocas muy remotas.

Ya en 1807, los marinos comisionados para informar de la defensa de la costa, manifiestan “entre el monte y la punta de de las Basetas, donde está un fuerte con dos cañones, ay una ensenada con playa que nombran de la Fosa, donde pueden abrigarse embarcaciones”.

 

Los primeros naufragios de los que tenemos noticia son de un buque inglés que se incendió en Septiembre de 1881, cerca del peñón y que fue remolcado por un vapor francés y encallado en la Fosa y el de la balandra Sagrario en 1890 que encalló por el fuerte viento. En las navidades de 1926 varias barcas que se encontraban fondeadas en la Fosa fueron sorprendidas por un fuerte temporal de viento y lluvia sin tener tiempo a asegurar las embarcaciones: las barcas Pepe Estrela, Vicente Mosquit y Pepe Corrales se hundieron bajo las olas de un mar embravecido a pesar de los esfuerzos de las tripulaciones. Las perdidas, según los dueños de las mismas se calcularon en 90.000 pesetas.

 

Aunque el que más recuerdo ha dejado entre los calpinos fue el del pailebote Lezo que el 24 de Enero de 1931 embarrancó en la barra de la Fosa y que explotó por la carga de carburo que llevaba en sus bodegas, provocando la muerte de varios marineros de Calp y de todos sus tripulantes. Ver...http://historiadecalp.net/lezo.htm

 

La playa de la Fosa no estuvo ajena al contrabando de tabaco durante el siglo XIX y parte del XX. Una reseña de prensa de 1863 así lo manifiesta “la fuerza de carabineros del puerto de Calpe aprehendió en la noche del domingo 17 del actual, en un sitio llamado la Fosa y Peñón de Ifac, un considerable contrabando compuesto de noventa y tres fardos de tabaco”.

Debido a la propia configuración de nuestro litoral, tanto la Fosa como el Racó han sido usados alternativamente como puertos de resguardo a los vientos de Levante o de Poniente. Si la “barra rompía” había peligro y por tanto, cambiar de fondeadero y dirigirse al Racó.

 

Para señalizar debidamente el canal de entrada y hacer posible el acceso al fondeadero sin riesgo de embarrancar, se colocaban dos postes de madera plantados en la arena de la playa con dos faroles o unos “hachos” a base de petróleo y estopa, encendidos en lo alto de ambos postes con el fin de guiar a las embarcaciones hacia lugar seguro.

 

El que los pescadores de Calp no contaran con un puerto de abrigo, teniendo que usar los naturales y muy precarios de la Fosa y el Racó hizo que el cura Vicente Llopis en su hoja parroquial de Octubre de 1944 manifestara: “de los noventa y tantos barcos que tenemos, sólo once (cuatro veleros y siete motores) pescarán este año en Calpe, y quizá en día no muy lejano sintamos el dolor de vernos privados de todos.

Así se explica la escasa población de Calpe, que pudiendo tener más de 4.000 almas, no llega en la actualidad a las 2.000”. Más adelante manifiesta: “Calpe no tiene un pequeño puerto de mar que de seguridad a su flota. Casi todos los años vemos con dolor romperse las amarras de alguno de nuestros barcos y hacerse astillas contra el acantilado de Ifach”.

El tan necesario refugio para los pescadores de nuestra villa tiene luz verde por parte del Ministerio de Obras Públicas en Septiembre de 1934 y las obras adjudicadas en pública subasta en Junio de 1935 a Benjamin de la Via y Llantado. Esta empresa (conocida como los vascos) paraliza las obras a inicio de la Guerra Civil Española. Las obras se reanudan a finales de 1944 de la mano de un nuevo contratista: Manuel Berenguer Rocamora, por un importe de 3.193.545,79 pesetas. Terminándose en Julio de 1957. Con la construcción del puerto acaba el uso de los barcos de pesca del fondeadero de la Fosa.

 

La playa de la Fosa ha sido testigo de la historia calpina durante siglos: lo ha sido en desembarcos, en el ataque de la flota que destruye la Pobla de Ifach, en naufragios, en la construcción del cuartel de carabineros en 1923, de la venta del pescado que los barcos traían hasta la construcción del puerto en el Racó, del primer chalet que se construye en Marzo de 1957 por parte del farmacéutico madrileño Nicomedes Sanchez Esteban o del segundo en Agosto de 1961 para el industrial Ricardo Gomez Comas.

En Abril de 1962 Rafael Samper inicia los trámites de lo que sería el primer hotel en la Fosa: el Hotel Hipocampos.

 

El resto es sabido. Los paseos marítimos en 1973 y la construcción agobiante de los últimos años.

Andrés Ortolá Tomás