EL JABEQUE IBICENCO DEL CAPITÁN TONI

 

Hace algún tiempo, rebuscando posibles temas relacionados con Calpe, me encontré con una curiosa historia de corsarios y piratas. Esta narración involucra a un personaje mallorquín de mediados del siglo XVIII y que el 21 de Enero de 1766 realizó un ataque contra los piratas argelinos frente a las costas del Peñón de Ifach.

 

Exvoto del 21 de enero de 1766

 

Antonio Barceló y Pont de la Terra que es el nombre de nuestro personaje, capitaneaba el jabeque San Antonio. Recordaran nuestros lectores que en las cartas escritas por el Alcalde de Calpe al Duque de Caylús que llevan fecha del 28 de Octubre de 1744, se hace referencia a un "xabeque ibicenco cargado de almendrón y leña" que se encontraba en la rada calpina en el momento del ataque morisco del 22 de Octubre y que fue apresado por los piratas.

 

 

El jabeque era un barco extraordinariamente rápido para la época, tenía tres mástiles y su característica principal era la inclinación hacía delante del palo del trinquete. No era un barco pequeño, los más grandes llegaban a las 680 toneladas, los pequeños denominados jabeque mallorquín o ibicenco solían desplazar 110 toneladas con una eslora de 22 metros. Para hacer frente a los jabeques berberiscos, más rápidos y mejor armados que las galeras, la Real Armada, a mediados del siglo XVIII, adopta el jabeque como sistema para oponerse a la piratería argelina. Siendo Toni Barceló el más intrépido de sus capitanes.

 

Nace nuestro protagonista en la isla de Mallorca, en el pueblecito de Galilea, cerca de Calviá, un día primero de Enero del año de nuestro señor de 1717 en el seno de una conocida familia de la isla dedicada a las cosas de la mar. Su padre se llamaba Onofre y era patrón de un jabeque dedicado al transporte entre las Baleares y la península. A la muerte de su padre toma el mando del jabeque familiar.

La valentía del capitá Toni, al derrotar a dos jabeques argelinos, llega a oídos del rey Felipe V el cual le nombra alférez de fragata.

El capitán Toni durante su época de comandante de los jabeques reales hundió 19 barcos piratas y corsarios, hizo 1600 prisioneros y libero a más de un millar de cristianos. Hombre de escasa instrucción, pero de gran valor y pericia, muy querido por sus marineros. Llegó a Teniente General y en 1783 al mando de una escuadra bombardeo la ciudad de Argel con lo cual puso fin al peligro berberisco en el Mediterráneo. Muchas de sus acciones contra los argelinos transcurrieron frente a nuestras costas y quien sabe si en alguna de sus incursiones fondeó en Calpe frente a nuestro peñón.

 

Andrés Ortolá Tomás

 

Mi agradecimiento al Museo Naval de Madrid y a Jorge Pérez por el material que he tomado prestado.