EL MAYORAZGO SENDRA

 

Para muchos habitantes de Calpe la palabra "Mayorazgo" hace referencia a una no muy extensa urbanización de viviendas unifamiliares y adosadas situadas en terrenos de la partida de la Canuta. Pero, en realidad, detrás de esta denominación, se oculta el perfil de un hombre, la leyenda de un individuo singular que creemos que debe de ocupar un puesto de privilegio en nuestra memoria colectiva por su defensa a ultranza de los sentimientos liberales desde la lucha política y la guerrilla.

Esas tierras que hoy soportan edificaciones turísticas residenciales conformaban la heredad del Mayorazgo, con su vivienda rural centenaria, que durante el último tercio del siglo XIX se encontraba bajo la titularidad de don Joaquín Antonio Sendra de Monserrat "Mayorazgo Sendra", hacendado pegolino que había casado en segundas nupcias con la calpina Encarnación García Avellá a medios de la centuria.

Don Joaquín Antonio Sendra pasó a la pequeña historia de nuestro pueblo por ser el promotor del alumbramiento de aguas y traída de las mismas a la población desde el paraje del Pou Roig. Estas obras fueron de gran importancia para la Villa, abastecida hasta entonces con las reservas del Pou Salat, pues suponía su primer suministro con caudales potables de buena calidad. Corría el año 1878. Tenemos cumplida referencia de este hecho con las reseñas aportadas por el Padre Llopis en su libro "Calpe", 1947, págs 10-11, y Pedro Pastor, "Calpe, Gentes y Hechos", págs 163-166.

Don Joaquín Antonio Sendra de Monserrat nació en Pego en el año 1809, y era hijo de uno de los más ricos propietarios de la Villa, don Juan Bautista Sendra de Monserrat. Don Juan Bautista era dueño de extensas fincas en el término que a principios del siglo XIX se regulaban en unos 490 hanegadas de terrenos cultivables. Entre sus propiedades urbanas destacaban una almazara y dos corrales. Durante la Guerra de la Independencia don Juan Bautista encabezó una columna de guerrilleros voluntarios que combatió a los franceses al mando del General Moncey, en las orillas del Júcar, haciéndoles batir en retirada. Durante estos años luchó contra los afrancesados que se alzaron en nuestras tierras.

Esta trayectoria familiar debió de causar una fuerte influencia en don Joaquín Antonio, quien con corta edad marchó a estudiar leyes a Valencia. No muy interesado en el ejercicio de la abogacía, con veintidós años, formó parte del consistorio pegolino con el cargo de síndico.

Pero a nuestro personaje le tocó vivir los continuos avatares que ensombrecieron la vida política y social a lo largo de buena parte siglo XIX, una de las épocas de mayor inestabilidad y confrontación de la Historia de España.

El 29 de Septiembre de 1833 fallecía Fernando VII, el "Deseado", hecho que dividió a la sociedad del momento por el problema sucesorio. Por una parte se alinearon los carlistas, partidarios de don Carlos María Isidro, hermano del rey Fernando, y por otra los liberales, seguidores de Isabel II, hija del "Deseado", de tres años de edad. Los carlistas contaban con el apoyo de la Iglesia, y mantenían las posturas absolutistas del antiguo régimen. Los liberales, paradójicamente, formaban un bando en el que se agrupaba casi toda la nobleza titulada con las capas inferiores, los nuevos ricos de la política con un difuso sentimiento de desprecio respecto al pueblo. La sucesión al trono de Isabel II, confiere el poder a su madre, María Cristina, como regente, lo que prende la mecha de las llamadas guerras carlistas.

La primera guerra carlista durará siete años, 1833-1940, con focos y acciones por todo el territorio nacional. El jefe carlista Ramón Cabrera, el "Tigre del Maestrazgo", expoleado por el asesinato de su madre como venganza por el ajusticiamientos de dos alcaldes constitucionales, encabeza las revueltas del levante en una guerra de guerrillas que pronto afecta a toda nuestra comarca. Las filas partidarias de don Carlos se confunden con el bandolerismo y la vida cotidiana queda alterada por las algaradas, los ajustes de cuentas y la confrontación sanguinaria del matonismo callejero.

Don Joaquín Antonio, seguidor de la causa liberal, crea su propia guerrilla que actúa en tierras de la Marina y la Safor. De sus persecuciones como Comandante de la Milicia Urbana de Pego, se deben las capturas de Salvador Carrió "Chera", Sendra el "Frare", y de Francisco Ferrer "Tort", encarcelados en Denia.

El día 1 de Mayo de 1836 el nuevo gobernador de la plaza de Denia autorizó al Mayorazgo Sendra para que con la fuerza que creyera necesaria del Batallón de Nacionales de la Villa de Pego que estaba a sus inmediatas órdenes, recorriera los pueblos de esta comarca en los cuales se notaran síntomas de rebelión.

Durante su ejercicio militar, Don Joaquín Sendra escribió un dietario manuscrito en el que recogía las incidencias de sus intervenciones. Este documento casi legendario es hoy custodiado celosamente por sus descendientes, y son pocas las referencias que se pueden dar de él. Su publicación sacaría a la luz aspectos inéditos, valiosísimos para conocer los acontecimientos históricos comarcales de tan conflictivo tiempo.

En septiembre de 1836 el "Mayorazgo" prendió al escribano de Pego, don Francisco Más y a otras personas de la Villa que conspiraban contra el Gobierno Liberal.

El día 9 de Septiembre de 1837 la Villa de Alcoy tiene noticias desde Játiva de que una columna procedente de Valencia, al mando del General Pavía, se dirige a sitiar la ciudad del Serpis. La resistencia de Alcoy es encabezada por el comandante de la Milicia Nacional alcoyana Salvador Enguídanos. Al anochecer del día 13 de Septiembre don Joaquín Antonio se presenta en la Villa al mando de la Compañía de Cazadores de la Milicia Nacional de Alicante, para sumarse a las fuerzas de Enguídanos. Dos días más tarde Pavía claudica e inicia la retirada.

Al mismo tiempo, en Calpe, alineada la Villa con los constitucionales, se sufre la gran presión fiscal ejercida para poder financiar los gastos de guerra del gobierno liberal. En el reemplazo de marzo de 1837, sólo aporta Calpe un soldado, aunque entre los más pobres son frecuentes las deserciones. La guerra no tiñe de sangre nuestro suelo. En Julio tenemos constancia de las deserciones de José Montaner y Guillermo Pineda, por notificación cursada a la primera autoridad local. El retraso en el pago era el ardid consistorial para aliviar la creciente presión del fisco. Por los conceptos de "donativo", nuestra Villa tuvo que contribuir con 2.008 reales 17 maravedíes; por "positos" entregaba 3.643 reales; y 51 reales 31 maravedíes por la jura de la Princesa de Asturias, futura reina Isabel II. Nuestras contribuciones, comparadas a las de los pueblos vecinos, son muy inferiores. No fueron éstas las únicas aportaciones pecuniarias, pues posteriormente se tuvo que hacer frente a otra de 7.272 reales como reparto extraordinario de guerra.

Entre 1841 y 1843 "el Mayorazgo" es diputado progresista pero con la llegada de los moderados al poder en 1844 se desvincula de la política y se dedica a la administración de sus propiedades promoviendo la conducción y distribución de aguas al marjal de Pego, obra de gran importancia para el desarrollo económico de su población, y cómo no, de sus propias fincas en el paraje.

Mientras, en los resortes políticos de la corte se buscaba una fórmula de conciliación nacional con los carlistas. Los consejeros reales propugnaban la boda de la hermana de la reina Isabel, Luisa Fernanda, con el hijo de don Carlos, Conde de Montemolín. Pero estos intentos fracasan, y Luisa Fernanda casa con el hijo de Luis Felipe de Francia, el Duque de Montpensier. El desdén a Montemolín provoca la segunda guerra carlista, 1846-1849, que de nuevo siembra la discordia entre los bandos. Manuel Giner Pascual nos transcribe del diario de don Joaquín Antonio:

Salí con mi tropa de Villalonga, llegando a Pego con 60 hombres, desarmé a la Guardia Civil, dando el grito de ¡Viva la libertad!; luego con una fuerza de mil hombres seguí mi camino y pernocté en Murla. El día 15 del mismo mes, tuve aviso que una columna de tropa había llegado a Pego, y entonces di orden a don Pedro Ivars para que tomara el Pilaret de Sagra e impidiera el paso de la tropa contraria por aquel punto; retardó el señor Ivars el cumplimiento de mi orden, y cuando éste llegó al pueblo de Tormos, vió a la tropa enemiga que se disponía a batirnos; enseguida escaloné ocho compañías en la división de los términos de Laguar, Tormos y Orba; parte del resto de la fuerza que me quedaba desplegué la guerrilla, habiéndose cruzado algunos disparos, pero por no derramar sangre de los míos, hice retirar la tropa hacia Alcalá. Desde allí pasamos a otros pueblos no con buena suerte, pues al fin en Adsubia noté desanimación en los míos y un comandante de los míos me dijo que convenía más disolver que combatirnos progresistas con republicanos, por lo que yo, ante ciertas intrigas de los liberales y para que los míos pudieran acogerse al indulto que concedió entonces el Capitán General de Valencia, despedí la fuerza y me retiré por serme adversas las circunstancias".

El 16 de Mayo de 1848 se produce en Pego una revuelta de signo carlista en alianza con los republicanos hasta el punto de confundirse unos con otros. Capitaneada por don Joaquín Antonio, la insurrección fue sofocada en cuatro días, pero el Comandante General de la provincia, González del Campillo declaró, el mismo día 16, el estado de sitio. Para entonces don Joaquín Antonio Sendra de Monserrat ya había sido distinguido con el título de Caballero de Honor del la Orden de Isabel II.

A mediados de Octubre de 1848 aumentan las revueltas en la Marina, encabezadas por Don Joaquín Antonio, "Cristo" de Cocentaina y el "Gato".. Resultan confusas las noticias que tenemos del año 1849. El 15 de Enero, el Comandante del Cantón de Yecla hace saber al de Alcoy que en su demarcación actúa el cabecilla carlista Francisco Orta, seguidor de la causa montemolinista, y añade:

"En su consecuencia y con noticias extraoficiales que tengo de que el cabecilla republicano Sendra intenta un movimiento en combinación con su compañero montemolinista Orta, me dirijo a Vd para que se sirva decirme las noticias que haya adquirido de ambos".

Al parecer, por esas fechas Sendra se había refugiado en Francia, y posteriormente en Argel.

Nos da la impresión de que al "Mayorazgo" se le vincula con el republicano Lorenzo Carreras, de Castells de Castells, quien guarnecido con sus seguidores en el Castillo de Guadalest, fue finalmente apresado el día 29 de Octubre de 1848 y pasado por las armas junto a veinte correligionarios, naturales de Castell de Castells, Parcent, Tárbena y Ondara.

No tenemos conocimiento de las actitudes de nuestro hombre hasta años posteriores pues los liberales se habían adherido al pensamiento de la Unión Liberal de O´Donnell. En estos años don Joaquín Antonio había creado fuertes lazos de amistad con el General Prim, progresista liberal, y cultivaba la antigua que mantenía con don Camilo Pérez Pastor, éste de ideas republicanas zorrillistas.

El alzamiento de 1868, caído el General O´Donnell y la Unión Liberal en 1863, supone la huida de la reina Isabel II y el comienzo del sexenio revolucionario. En Calpe, recordamos la anécdota, relatada por el Padre Llopis y protagonizada por Jerónimo Ferrer, ferviente admirador de la reina, quien ante el pregón del alguacil, a redoble de tambor, anunciando la caída de Isabel II, arrancó de sus manos el instrumento, lo pisoteó y tras rasgar el bando se dio a la fuga. Sus bienes fueron confiscados hasta su posterior indulto en 1871, otorgado por Amadeo de Saboya.

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En su dietario relata el "Mayorazgo":

" El 25 de septiembre de 1868, sabedor que D. Camilo Pérez Pastor estaba con algunos hombres en la heredad de Sala, para hacer el pronunciamiento, salí de mi escondite y con algunos amigos di el grito de ¡Viva la libertad en la Villa de Pego!, en donde se formó una Junta Revolucionaria nombrando alcalde a D. Jerónimo Sendra. El 27 del mismo mes, salí a pronunciar los pueblos del Marquesado de Denia... El 28 por la tarde, recibí noticias de que las fuerzas pronunciadas en Alcoy, se dirigían hacia Pego; de Parcent pasé a Murla, hacia donde se acercaban Palloc y Don Agustín Albors (Palletes) y al encontrarnos en Orba, convenimos en pasar juntos a Denia. El día 30 a las 4 de la mañana entramos en Denia y ocupada esta ciudad, se formó la Junta Revolucionaria, sacando 2.000 duros de la Administración de Aduanas, que se las quedó Palletes".

" el dos de octubre de 1868 recibí un propio de Pego manifestándome que Palloc, Tomaset y D. Camilo Pérez, habían entrado en Pego con intención de sorprender aquella villa y dar la situación al partido moderado. Mis amigos se resistieron, cruzándose algunos disparos y esto motivó por parte de los republicanos algunos resquemores contra mi, y por serme adversa la situación política durante la época revolucionaria, me retiré".

La promulgación de la nueva constitución de 7 de Junio de 1869 fue recibida en Calpe con volteo de campanas, siendo alcalde de la Villa Pedro Pastor, a la sazón principal propietario del término municipal. En honor del nuevo cuerpo jurídico nacional se denominó de la "Constitución", la nueva plaza creada a partir de la demolición de la muralla norte de la ciudadela.

Se produce pues, por los sucesos antes señalados, un distanciamiento entre don Joaquín y don Camilo Pérez Pastor que llega a la enemistad. Los momentos, por su situación de abandono, son difíciles para el "Mayorazgo" quien no duda en escribir a su amigo Prim. El General Prim había destacado por sus actuaciones en las guerras carlistas. En 1835 había dado muerte personalmente al jefe carlista Sanmartí. Por sus méritos llegó al cargo de General, tras los actos valerosos del "sitio de Ager" y la "batalla de Peracamps" en la que resultó herido. En 1850 y 1851 fue elegido diputado por Vich y Barcelona , donde denunció al gobierno y combatió el concordato, declarándose "más liberal hoy que ayer; más liberal mañana que hoy". La carta del Mayorazgo a su  general, fechada el día 23 de Julio de 1869, rezaba así:

" Muchas son las causas que han contribuido a que las cosas llegaran al estado en que hoy se encuentran y que omito explicar; pero no puedo menos de manifestar a V; que particularmente en esta provincia de Alicante donde el trabajo reaccionario es mayor... el cambio es debido a la protección oficial que el Gobernador D. Manuel G. Llana presta a la unión liberal en detrimento del partido progresista... son muchos los padecimientos que llevo sufridos por la causa liberal, y postergado como me veo al presente por las autoridades de esta provincia, recurro a V como antiguo amigo y me pongo a sus órdenes ofreciendo servirle en la causa y consolidación del triunfo de la libertad... Disponga como siempre de su afectísimo servidor y amigo q.b.s.m.., J. Antonio Sendra".

Prim había afirmado que no habría república en España mientras él viviera y la ironía del destino quiso que falleciera asesinado un año más tarde en Madrid, el día 27 de Diciembre, tras conseguir entronizar en España a Amadeo de Saboya. El mismo día en que llegaba el nuevo rey al puerto de Cartagena sucumbía el general liberal tras una emboscada en la calle del Turco, a disparos de trabuco de ocho sujetos embozados.

Cuatro días más tarde que dirigiera don Joaquín Antonio Sendra su carta a Prim, nos relata el "Mayorazgo":

" El 27 del referido mes de Julio de 1969, a las diez de la noche, corrió la voz que don José Felíu en unión de otros, venía a Pego a dar el grito de ¡Viva Carlos VII!, pero por las providencias tomadas se frustró dicho plan".

"El 30 de este mes, el Ayuntamiento de Pego, en sesión extraordinaria y en virtud de órdenes superiores, formó el Somatén de 178 hombres, nombrándome Jefe de dicho Somatén. Pero el día 6 de Agosto quitan el Ayuntamiento progresista por disposición del Gobernador don Manuel González Llana, siendo reemplazados por los reaccionarios... y entonces tuvimos treinta propietarios que abandonar el pueblo por algún tiempo".

Cabe suponer que don Joaquín Antonio, con casas en la plaza de la Villa y familia calpina, pasaría largas temporadas de tenso descanso en nuestra población, en esos sucesivos períodos de exilio voluntario o impuesto, dedicado únicamente a la administración y gobierno de sus heredades.

Don Joaquín fallecía en 1885, a la edad de 76 años, bajo el reinado restaurador de Alfonso XII, después de una vida llena de episodios y avatares extraordinarios que le convierten en una figura decisiva en la historia comarcal del siglo XIX.

En el año 1906 el consistorio pegolino le dedica el nombre de una plaza, "Plaza del Mayorazgo Sendra" cuya denominación persiste en la actualidad.

Del libro Calpe, Tierra y Almas de José Luis Luri y José Antonio Sala

Junio de 2002