¿POR QUÉ NO CONSTRUIMOS ANTES?



Escrito publicado por el cura de Calp Enrique Garrigós en el libro de fiestas de Agosto de 1977





Calp en 1920






Iglesia antigua, casa abadía y casas adosadas a la muralla



Imagenes durante la construcción de la nueva iglesia

Enrique Garrigós Miquel regenta nuestra parroquia desde el año 1960 hasta 1978. Gobierna en Calp el alcalde Antonio Garcia Sapena " Antonio el Parador", son los años de autarquía en que la población calpina se encuentra bastante estancada; nuestra villa contaba a principios de la década con 2200 habitantes. El calpino de la época no contaba con agua potable en su domicilio, ni con alcantarillado en sus calles, ni tan siquiera, algo tan básico como un simple retrete. Por otra parte, la villa necesitaba una nueva Casa Consistorial al amenazar ruina el edificio reconstruido en 1938 sobre los cimientos del Portalet.
Los ingresos familiares eran escasos, provenian en su gran mayoría, de los trabajos en el campo o en la mar; la flota en Calp era bastante importante en la época. La mayoria de las tierras de nuestro término pertenecian desde antiguo a familias ricas de la vecina Benissa. No eran los mejores tiempos para la construcción de un nuevo templo y sin embargo, esa fue la propuesta de nuestro cura desde el púlpito a los asistentes a  la misa del día 27 de Octubre de 1963. Nuestra memoria no alcanza a saber como se tomó la feligresia semejante propuesta que nadie sabía de donde o quien, lo  iba a pagar. 
La llegada de la modernidad de la mano del turismo hace que que el ritmo de la construcción se desborde, se necesita mano de obra y es cuando llega gente en busca de trabajo de otras partes de España; son los nuevos calpinos de lugares como Jaen, Albacete, Andalucía...son calpìnos de adopción y necesidad.
No había transcurrido un año desde la propuesta; el primero de Marzo de 1964, se reparten sobres, casa por casa, para que cada familia aporte la cantidad que buenamente pueda.
En Enero de 1970 y después del derribo de todas las casas del centro de la villa queda una espaciosa plaza que los calpinos ven con alegría al adolecer nuestra población de nada semejante en el casco histórico. Por parte del Ayuntamiento se baraja la posibilidad de que el nuevo templo se situe en el solar que hoy ocupa el Centro Cívico. Esta propuesta se desestima al entender miembros de la Junta Pro Nuevo Templo que no era buena idea sacar la iglesia de dentro del  pueblo por el coste que esta decisión conllevaria en la recaudación.
El proyecto inicial incluia el derribo de todas las edificaciones comprendidas dentro  del núcleo histórico de la primitiva ciudadela del siglo XIV, también de la iglesia antigua. Menos mal que varias personas dieron sobreaviso a las autoridades competentes- entre ellos el alcalde Joaquín García Hernandez- dando su brazo a torcer el párroco que siempre estuvo dispuesto a derribar la iglesia.
Al esfuerzo de los sobres que eran repartidos por voluntarios a todas las familias y que estas tenían que devolver con unas pesetas en su interior, que no siempre venia bien en la economía familiar. En el verano de 1974 y durante dos meses, una comisión encabezada por el cura, el Alcalde y varios prohombres de la localidad salian todas las tardes de casa en casa a pedir más dinero; si ya contribuir con los sobres era dificil para muchas personas, imaginemos lo que era esperar a que la comisión llamara a tu puerta, sobre todo la gente mayor.
Finalmente, el coste de la construcción fue de 17.000.000 de pesetas. de los que el obispado aportó 150.000 y a pesar de que el templo se construye en suelo público, que es sufragado por aportación vecinal en su gran parte, el obispado de Orihuela-Alicante se inscribe la totalidad de la finca de 1.118 metros cuadrados a su nombre el 25 de Mayo de 2015.
El nuevo templo de Calp fue obra de la empresa constructora SICOP S.A. y dirigida por el arquitecto Jaime Montaner Roselló, hijo de los calpinos Francisco "Fuster" y Encarnación "Poller" quiso la casualidad que la casa de sus antepasados, fuese una de las derribadas para la construcción del templo.


Andrés Ortolá Tomás