VICENTE PARíS MORLÁ

 

 Escribir sobre el personaje que nos ocupa,  no parece en principio fácil. Sabemos que nace en Denia en 1859, hijo de Juan Bautista París Collado y de Rita Morlá Moll y que consigue una gran fortuna por tierras gallegas durante la primera guerra mundial.

Aproximadamente en 1885 funda en Camposancos (La Guardia) una factoría dedicada a la elaboración de embalajes de madera para el envasado de la pasa con destino a la exportación en la ciudad de Denia. Esta factoría que se llamó La Armona se conserva todavía en las orillas del río Miño y para su funcionamiento se desplazaron a Galicia bastantes operarios de Denia, entre ellos su administrador José Armell. Al poco tiempo de instalar esta factoría se amplió el negocio con barcos de pesca, importación de maquinaria y otros.

Vicente París con su nieto Vicente

Vicente Paris Morlá aparece por Calpe alrededor de 1915 y compra el Peñón ( la roca) a Gregorio González de Altea por 5000 reales ( eso es lo que nos han contado) . Pero, en el Registro de la Propiedad consta que el titulo de propiedad del peñón fue por decisión judicial, por demanda en el Juzgado de 1ª Instancia de Gandia contra Maria e Isabel Boronat Roselló, vecinas de Valencia; Miguel Boronat Roselló, vecino de Gandia y Pedro Boronat Roselló, vecino de Alcoy, todos ellos herederos de José Boronat Garcelá sobre declaración de dominio de la finca. Se dictó sentencia el día 19 de Diciembre de 1918 por parte de Don Luis Zapater Rodriguez. Además el mismo Llopis nos cuenta de que en 1858 al anochecer y al paso de la reina Isabel II  el vecino de Calpe Francisco Roselló encendió una hoguera en la cumbre del peñón como saludo a la reina. Este hombre trabajaba en las laderas del monte. Trece años después (1871) nos encontramos que existe un tal Ignacio Roselló como propietario de parte de la ladera y también es coincidencia el que los que pleitean con Paris se apelliden Roselló. Así mismo en 1916 existía una propiedad a nombre de Ursula Crespo Roselló de la que más adelante hablaremos. Como la roca sin las tierras del istmo no le servían de nada entabla negociaciones con Joaquín Sala y su esposa Maria Sala propietarios de casi toda la ladera. Estas tierras eran herencia de Vicente Sala Narbó que a su vez las deja a sus hijas Maria y Francisca Sala Ferrer. Vicente Paris compra a Maria las tierras de la ladera donde construye las dos casas. En una segunda ocasión compra a Maria más terrenos para construir la carretera de acceso a las dos nuevas viviendas. El matrimonio Sala Sala se reserva las tierras de alrededor de la casa solariega, que estaba ubicada en lo que hoy es el chalet propiedad de la Generalidad Valenciana. Finalmente, compra las tierras propiedad de Francisca que comprendían desde las murallas hasta el puerto. Cada una de las adquisiciones las hace Paris por una cantidad que oscila entre 2.500 y 3500 pesetas.

El Peñón en la década de los años 40

Arriba a la izquierda la casa del casero y a la derecha la de París

Joaquín Sala le proporciona a Paris los albañiles que le construyen su vivienda y la del casero. Son estos Andrés Ortolá Ivars, Miguel Zaragozí y Andrés Bertomeu, entre otros.

Se da la circunstancia que se construyen las dos casas antes de hacer la carretera, con lo cual tienen que subir todos los materiales con diez o doce burros por el antiguo camino de herradura utilizado por la familia Sala durante décadas para el cultivo de los campos de la ladera, plantada mayoritariamente de higueras y viña para vino.

La arena la subía el “ti Pata” desde los Baños de la Reina y se cuenta la siguiente anécdota sucedida al preguntarle el “ti Pata” a Vicente Paris. “Don Vicent,  astó li costará molt” refiriéndose al acarreo de todo el material a lomos de caballerías. Paris le hizo coger un puñado de arena del montón y le preguntó, ¿a qué no se nota?. Pues a mí tampoco se me nota en el bolsillo todo este gasto.

Como hemos apuntado, Vicente Paris había hecho una gran fortuna durante la primera guerra mundial. Tenía una flota de siete barcos con los que se dedicaba a traer madera y contrabando desde el extranjero a Galicia y de allí,  embarcaba la madera a Gandia. En Gandia tenía talleres de carros, aserraderos, fabrica de conservas, fincas y edificios en Gandia, Denia y Valencia. En Valencia poseía una fábrica de cemento. Una cantera de mármol en Monovar. Atarazanas en Denia. Su fortuna-oficialmente declarada- estaba calculada en 20 millones de pesetas. Pero, cuando por esas fechas suben los jornales en toda España vende todos sus talleres, fabricas, serrerías, etc.

Cuando tuvo terminadas las dos casas le preguntó a Joaquín Sala por un hombre de confianza para casero de la finca y Joaquín le recomendó a Andrés Ortolá Ivars, abuelo del que suscribe.

Andrés Ortolá y Remedios Avargues con sus hijos Remedios, Pepe ( mi padre), 

Pepa, Maria, Juanito y Pedro. Falta Andrés.

El objeto que más les costo subir a la casa, fue una enorme pianola que trajo el tren y que cargaron unos 15 hombres por el incomodísimo camino de herradura.

Al poco tiempo emprendió la ingente tarea de construir un túnel para poder subir al peñón. Un joven de nombre Mateo Ivars subió por unas sogas que colgaban desde las peñas, para explicarle a Paris lo que se veía al otro lado. Este joven era hijo de una vecina del “ti Paris”, Ursula Crespo Roselló la “tía Sola”. Que por cierto, no consintió en nunca en venderle cuatro bancales (donde está el aparcamiento del Aula de la Natura) que tenía al lado de la casa Paris. Su hijo Mateo se los vendió a Mas Capó.

Era proverbial la tacañería de don Vicent. Nunca consintió el subirle el sueldo al casero que cobraba 3 pesetas al día y que además, esperaba para pagarle a última hora siempre. Ya con un pie en la tartana en sus viajes semanales a sus fincas de Gandia o Denia.

Cuando suben los jornales de 3 a 3,50 pesetas al día, despide a todos los hombres que tenía trabajando en Ifach y abandona todas las tierras. En aquel momento tenía gran cantidad de viña y una buena bodega en la que pasaba el día haciendo experimentos con los caldos.

Mi tía Pepa, mi padre José, Maria, Vicente Sala, Remedios y abuela María.

La relación que tenía con la gente de Calpe era prácticamente nula, solamente con Joaquín Sala, Cosme Jorro Ripoll y algo con Vicente Buigues Ferrando , el “ti Marguí”, el cual le pidió dinero ya que arrastraba dificultades en las salinas y la respuesta de Paris fue; Vicent si te dejo dinero perderé al amigo y al dinero. Así que nada.

En cierta ocasión Paris sacó un buen vino y subieron a Ifach el señor Cosme, Juan Rostoll (el cura), Ambrosio (jefe de la Estación) y el Contramaestre de Marina, con la intención de probar el vino. La realidad fue que los entretuvo con la pianola toda la tarde y se fueron igual que habían venido. Sin catarlo.

Mi padre (José Ortolá) tampoco guarda muy buen recuerdo del “ti Vicent”. Con sólo 7 años (1920) tenía que llevarle el correo a Calpe y si la carta era urgente, llevarla al tren y entregarla al Jefe de la Estación Ambrosio Ferrándiz. Si se entretenía por la carretera, Paris que se pasaba el día oteando con unos prismáticos desde la terraza, lo primero que hacía era llamar a mi abuelo para que reprendiera a su hijo. Así que las primeras bofetadas se las debe al “amo”.

En 1925 se trajo un barco desde Galicia. El San José, equipado con un motor Tuksan de 80 HP. Este barco fue la gran novedad en Calpe, acostumbrados a las parejas de vela. Puso al mando de la embarcación a Antonio Boronat (Toni “la Soliguera” ) y debido a desavenencias con el patrón por un simple “rancho” de pescado, vendió el barco de la noche a la mañana a unos de Gandia.

La casa de Vicente Paris en la ladera del Peñón

Entre las muchas anécdotas que se podrían contar de la vida de Paris en su feudo de Ifach, cabría contar un par de ellas que hacen referencia a su tacañería. El “ti Vicent” pasaba una semana en Ifach y otra en Gandia o Denia. Pues bien, se compró una radio enorme y en vez de tener una en cada casa. Trasladaba esta cada semana, bien a Gandia o a Denia y vuelta a Ifach. El procedimiento era el siguiente; Paris iba en la tartana con el casero, como la carretera estaba llena de hoyos y la tartana saltaba mucho y el no quería que la radio se estropease, mi tío Andrés iba con el mulo detrás llevando la radio dentro de la “saria” hasta el tren. Hay que decir que la radio no tenía mucho éxito, a pesar de la altura y de llenar los alrededores de la casa de cables a modo de antenas. Puso hasta un molino de viento con el que generaba electricidad.

guarda.jpg (88792 bytes)

Nombramiento de Andrés Ortola Ivars como Guarda Jurado del Peñón

(clic para ampliar)

Paris tenía autentica obsesión por que no le tocaran nada de lo suyo. En la temporada de los melones era capaz de contarlos todos los días. Igualmente vigilaba la uva de mesa y las brevas. Las broncas al casero por creer que alguien (los hijos del casero) le tocaba las frutas eran frecuentes. Llegó a talar dos enormes higueras que había junto a la carretera por que los que subían se comían los higos.

De sus cinco hijos, solamente tuvo descendencia su hijo Bautista. Sus descendientes viven actualmente en Gandia.

Las casas de París y la playa de la Fosa.

El Peñón de Ifach fue oficialmente vendido por Vicente Paris Navarro a José Más Capó en Diciembre de 1951. El precio pagado fue de 1.600.000 pesetas. Aunque existen algunos interrogantes en el aire a ese respecto.

  Andrés Ortolá Tomás

  Mi gratitud a Paquita Sala Sala, Manuel Lucena y a José Ortolá Avargues ( mi padre) por la información que me han proporcionado.